sábado

PRESENTACIÓN








El “Primer encuentro nacional de titiriteras” se realizó desde el 22 al 29 de octubre de 2006 en Mendoza.
Este encuentro surgió de la necesidad de cinco titiriteras que desarrollan su actividad artística en esta provincia, necesidad de encontrarse para compartir “ un oficio y un modo de pararse y alzar los brazos” como afirma Luciano Ortega.
Nació de la inquietud de Laura Benignaza y Lia Villalobo, luego de participar en el “Encuentro de Mujeres de Mar del Plata”. A partir de esta inquietud, se formó el grupo que organizó el encuentro: Laura Benignaza, Lorena Pereyra, Lía Villalobo, Gabriela Céspedes y Lorena Membrive
Entre todas, y sin dimensionar totalmente la propuesta, “surgió la idea de invitar a compañeras de otros lados, para salir de la soledad del trabajo, para ofrecer un espacio donde exista el tiempo para ver nuestros espectáculos y hacernos devoluciones que nos produzcan un crecimiento como artistas, como mujeres, como titiriteras” decía Lorena Membrive, en la apertura de las charlas - debate. Así convocaron a las mujeres titiriteras mendocinas y elencos de distintos puntos del país: Salta, Mar del Plata, Córdoba. También fueron invitadas mujeres que se dedican a los títeres en Chile.
Con cuestionamientos y tal vez algunos equívocos, el motor del Encuentro fue generar el espacio más adecuado para que las compañeras que participaran, pudieran hacerlo de un modo relajado. Esto les permitió disfrutar, tanto a las invitadas como a las organizadoras, no sólo de todos los espectáculos, cada uno con la utilización de una estética propia, sino también de las charlas, los debates y las rondas de mate y risas.
Para ello se organizó un cronograma de funciones, para público en general y para escuelas, en las salas Teatro Quintanilla, Casa de los títeres y Trinidad Guevara. Se llevaron a cabo 30 funciones, donde hubo más de 2000 espectadores.
Además se acercó el teatro de títeres a sectores que, en general, no tienen acceso sencillo a propuestas artísticas. Para ello se trasladaron las obras a los edificios de escuelas primarias y secundarias alejadas de la ciudad.
También se desarrollaron funciones en plazas de municipios del Gran Mendoza.
El encuentro tuvo espacios para la discusión y la reflexión, mediante la realización charlas – debate, con participación de público en general. La primera sobre “Género” estuvo a cargo de Alejandra Ciriza. Luego compartieron la disertación sobre “La mujer, el arte y la dramaturgia” Sonnia De Monte y María Beatriz Fraire. Para cerrar Sarah Bianchi y Pelusa Oliveras acercaron sus experiencias hablando de “ Los títeres como trabajo y forma de vida”.
También se llevó a cabo un taller de marionetas a cargo de Claudia Gómez, proveniente de Córdoba.
El cierre, donde se homenajeó a las titiriteras Pelusa Oliveras y Sarah Bianchi, contó con la actuación de la cantautora mendocina Sandra Amaya, quién aportó su magia a través de la música y las comprometidas letras de sus canciones.

LAS ORGANIZADORAS

Las organizadoras del Primer Encuentro Nacional de Titiriteras (2006) fueron: Títeres "Del Sin Fin" Laura Benignaza, Títeres "Del Negro" Lorena Pereyra, Elenco "Burbujas" Lía Villalobo, Elenco "Gabriela, clavo y canela" Gabriela Céspedes, Teatro de títeres "La valija del sol" Lorena Membrive.







Las organizadoras del Segundo Encuentro Nacional de Titiriteras (2007) son: Títeres "Del Sin Fin" Laura Benignaza, Elenco "Burbujas" Lía Villalobo, Elenco "Gabriela, clavo y canela" Gabriela Céspedes, Títeres "La vida" Nélida Dávila, Teatro de títeres "La valija del sol" Lorena
Membrive.


jueves

LOS GRUPOS QUE PARTICIPARON

ELENCO: De golpe y porrazo… Mar del Plata - Provincia de Buenos Aires – Argentina

INTEGRANTES:
Actuación y dirección: Marcela Ohienart
Asistencia de dirección y técnica: Sergio Zapatela
Realización de muñecos,escenografía y vestuario: Marcela Ohienart

OBRA PRESENTADA:
Pepe el marinero

SÍNTESIS ARGUMENTAL:

Pepe es un marinero que, con su barco de papel, fatiga olas de todos los mares en busca de su destino.
Marina es una hermosa niña que espera que lleguen barcos a su puerto. Desea navegar, conocer el mundo.
El destino los une en esa lejana orilla, pero antes de cumplir sus sueños, deberán enfrentar a los bravos piratas, que tienen otros planes.
Pepe el marinero es un clásico de aventuras, amor, piratas y sueños.





ELENCO: Enlazamundos– Córdoba – Argentina

INTEGRANTES: Dirección, manipulación, diseño y construcción de marionetas,

utililería y escenografía: Claudia Gómez
Sonido e iluminación: Claudia Gómez y Gustavo Araldi.


OBRA PRESENTADA: Caperucita y lobobo

SÍNTESIS ARGUMENTAL:
Dirigido a un público de 4 a 12 años, la Caperucita y lobobo es una obra una versión libre del cuento “La Caperucita Roja”, escrita por Claudia Gómez.
Aparece una Caperucita, no precisamente amorosa, que llega a invadir el lugar del lobo.
El lobo es el dueño de las tierras, que cuida y habita, e intenta convencer a la Caperucita para que modifique sus acciones.
También están un cazador y una abuelita que no escuchan, por diferentes motivos, a un lobo que no sabe hacerse escuchar.
Cada cual defiende su punto de vista, lo que lleva a que no siempre logren entenderse y a la conclusión de que las historias, generalmente, sean contadas por los que ganan.





ELENCO: El coyuyo –Salta– Argentina

INTEGRANTES: Actuación: Andrea García
Asistencia técnica: Juliana García
Selección musical: Omar Flores y Mariano Heredia
Dirección: Andrea García

OBRA PRESENTADA: Fuga

SÍNTESIS ARGUMENTAL:
La Fuga es una obra para teatro, destinada a jóvenes y adultos. Pertenece a la publicación del libro “Telón de cielo” diez obras mímicas de Gabriel “Guaira” Castilla. Con la obra se despierta el imaginario de muerte, a través de un personaje que lucha, hasta sus últimas consecuencias, para seguir viviendo.




ELENCO: El kanelo mágico – Santiago – Chile

INTEGRANTES:
Sudelia Herrera Quiroga
Leonor Guzmán Espinoza
Claudio Cabezas Gonzalez

OBRA PRESENTADA: El momento mágico

SÍNTESIS ARGUMENTAL:
La obra es un cuento ecológico, que invita y motiva a los niños en el respeto por la vida y la naturaleza. Cada personaje es importante en el rol y en el ciclo que cada uno cumple. La obra está orientada al compromiso y a la responsabilidad, valores aportativos y significativos en el desarrollo del ser humano.
Un niño inquieto, Mauricio, quiere atrapar una mariposa, pero su amiga Florencia tratará de impedirlo a toda costa. Juntos vivirán la magia de la vida y aprenderán la importancia de ella.


ELENCO: Burbujas– Mendoza – Argentina

INTEGRANTES: Lía Villalobo , Fabián Pérez y Javier Didoménico
Manipulación: Lía Villalobo

OBRA PRESENTADA: El cocinero, su novia y el señor que tiene hambre

SÍNTESIS ARGUMENTAL:
El buen cocinero despistado olvida cocinarle la tarta de choclo a su novia. Éste, debido al reclamo de su novia, rápidamente intentará corregir su olvido.
En medio de una confusión conoce al señor que tiene hambre, a quien acusa de ladrón.
Aclarada la confusión, el cocinero se da cuenta que no era un ladrón sino un pobre hombre hambriento.
Finalmente lo invita a compartir la tarta de choclo con su novia, que reconoce y valora la solidaridad del cocinero.
La obra fue escrita por Fabián Tricárico.






ELENCO: Gabriela, clavo y canela - Mendoza - Argentina



INTEGRANTES: Titiritera: Gabriela Céspedes

Músicos: Dante Abate, Emilio Juárez, Sandra Amaya, Laureano Melchiori

Diseño de vestuarios: Modesta Reboredo

Confección de títeres y vestuario: Gabriela Céspedes

Fotos: Sabrina Kadiajh

Asistencia técnica: Celeste Seydell


OBRA PRESENTADA: Locas margaritas


SÍNTESIS ARGUMENTAL:

Un día cualquiera, a Saverio, el perro de la historia, le floreció una margarita en su cola. A partir de ese día su vida tomó nuevo rumbo. Si poseer la belleza es anhelado por muchos, para Saverio se convirtió en una pesadilla, pues todos pretendían arrebatarle la bella flor. Sólo la poesía, el amor y la música lograrán transformar los corazones y así poder disfrutar las maravillas de la vida.





La obra es una versión libre de Gabriela Céspedes, inspirada en el cuento "Cola de Flor" de Laura Devetach. Las poesías son de Niní Fajardo, Federico García Lorca y Vicente Huidobro.




ELENCO: Giraluna – Mendoza – Argentina

INTEGRANTES:
Directora: Gabi Carli
Construcción de títeres y manipulación: Leti López y Gabi Carli

OBRA PRESENTADA:
El rescate de los colores

SÍNTESIS ARGUMENTAL:
Influenciados por el “Griseronte” todos han dejado de cuidarse y de cuidar su lugar. Se han ido opacando las calles, el aire. Los rostros, hasta quedar todo absolutamente gris.
Pipo cumple 3 años y, con la ayuda del Hada, se embarcará en una increíble aventura para intentar rescatar los colores de su mundo.
La obra, escrita por Gabi Carli, está destinada a niños de 4 a 8 años.





ELENCO: El albaricoque itinerante – Mendoza – Argentina

INTEGRANTES:
Manipulación: Fernanda Sisti y Andrea Velásquez
Confección de títeres: Fernanda Sisti

OBRA PRESENTADA:
La familia Kikirikí

SÍNTESIS ARGUMENTAL:

El gallo Alberto y la gallina Catalina están enamoradosy, juntos, deciden tener un hijo.
Una noche un ladrón, Bravucón Musaraña, se roba el huevo.
El huevito Lito, que tiene personalidad, logra escaparse y reeencontrarse con su familia.
Por lo ocurrido la familia Kikirikí decide tenderle una trampa al ladrón, para que este no vuelva a robar más huevos.




ELENCO: La valija del sol – Mendoza – Argentina

INTEGRANTES: Actriz/ titiritera: Lorena Membrive

OBRA PRESENTADA: La leyenda de Mur… un Cuento de Colores

SÍNTESIS ARGUMENTAL:
“… un cuento en colores”, nos acerca al fantástico mundo de los caballeros, los dragones y los brujos como parte de una historia que inventa la abuela Panchita para calmar el tremendo miedo que tiene su nieta, Juanita, por la aparición de Mur, un inofensivo murciélago, que revoletea en el campo.
Los colores nos acompañan a lo largo de toda la historia, envolviéndonos en distintas sensaciones (lugar-tiempo) y en vibrantes emociones.
Esta obra, quiere rescatar el valor de las “historias”, reales o fantásticas, que cobran importancia de la mano de quien tenga corazón abierto para escucharlas y fortalecerse con el valor propio de los relatos… y recordar que no hay que temer a lo desconocido puesto que todo tiene una historia.
La obra fue escrita por Lorena Membrive.




ELENCO: La vida– Mendoza – Argentina

INTEGRANTES: Actuación: Nélida Dávila
Dirección: Jorge Alberto Díaz

OBRA PRESENTADA: El destino de un huevo

SÍNTESIS ARGUMENTAL:
El destino de un huevo es una obra de Teresa Grossi y Rufino Martínez, adaptada por Nélida Dávila. Cuenta la historia de dos personajes, propietaria del terreno y dueño de la gallina, en miniatura que se disputan un huevo. Cada uno de los personajes incluida la gallina, cree ser el dueño del huevo, hasta que de él, nace un pollito. Al darse cuenta de esta circunstancia, comienzan a disputarse, junto a la gallina, el pollito.
La obra está destinada a niños entre 3 y 10 años.


ELENCO: Grupo del sinfín – Mendoza – Argentina

INTEGRANTES: Titiritera: Laura Benignaza
Dirección: Oscar Navarro

OBRA PRESENTADA: La historia de un huevo

SÍNTESIS ARGUMENTAL:
Doña Fina, es la alegre dueña de un gran gallinero y pasa sus días atendiendo a sus gallinas, les da de comer y de beber y cuida de que siempre todo éste muy limpio.
Su vecino, Don Carlitos, por el contrario, es un viejo cascarrabia y solitario que pasa sus días renegando con su caballo ya que esté no pierde oportunidad para escaparse a los campos aledaños a comer ricas y frescas hierbas. Don Carlitos además es un señor un poco sucio y dejado.
Cierto día, Coquita, la gallina preferida de Doña Tina siente el inmenso deseo de …poner un huevo… ¡¡¡su primer huevo!!! Pero no encuentra mejor lugar para ponerlo que en el patio del vecino.
Cuando Don Carlitos encuentra el huevo en su patio, se lo quiere comer a toda costa, a lo cual Doña Fina se opone aludiendo que ese huevo lo puso su gallina por lo tanto es de ella. Carlitos dice que el huevo es de él, ya que se encuentra en su patio.
Peleas, corridas y disputas no impedirán que el huevito vuelva a quien realmente pertenece… Coquita la gallina, quien con mucho amor y ternura romperá el corazón para recibir a su pollito adorado.
La obra fue escrita por Rufino Martinez.




ELENCO: Los títeres del negro - Mendoza - Argentina


INTEGRANTES: Lorena Pereyra


OBRA PRESENTADA: La sirena y el delfin

SÍNTESIS ARGUMENTAL:


La dama del mar decide separar a Marina y Delfos, convirtiendo a éste en un delfín.

Marina inicia una peligrosa búsqueda para encontrarlo, donde el final lo decidirá

la fuerza y la magia del amor.











TALLER DE MARIONETAS

TALLER DE INICIACIÓN EN LA MANIPULACIÓN DE MARIONETAS DE HILO




¿Cómo surgió el taller?



En una de las giras que hiciera con mis marionetas, entre mate y mate, me cuentan estas utópicas y valientes colegas mendocinas, la idea de realizar este PRIMER ENCUENTRO DE TITIRITERAS.
La idea me fascinó!
El poder “ver” varios trabajos desde la óptica femenina, el poder intercambiar experiencias con pares, el poder debatir y reflexionar al respecto; son oportunidades que no se dan todos los días... Y al saber que no contaban con ningún tipo de recurso económico y que pondrían “el o los” pechos, para hacerlo; surge la idea de apoyar desde lo mío (y con mi no tan extensa experiencia), el Encuentro.

Es allí donde les ofrezco a “las chicas” un taller (superando mis mieditos, criticones de la docente que también llevo encima), que fue “RE” BIENVENIDO!!!

¿Cómo se organizó?

Con esa Bienvenida, comenzó el trabajo: planes, risas, sugerencias, ideas; le fueron dando la forma...
Luego el regreso a casa. Al planificarlo ya con la mente más fría, mirando las sierras gastadas (y sin la algarabía en la que nos sumergen las giras) consulta va, consulta viene…; decidimos hacer el taller de INICIACIÓN EN LA MANIPULACIÓN DE MARIONETAS.



Fue dirigido a: Titiriteros, Docentes y público en general (sin necesidad de conocimiento previo en el tema)


¿Por qué este taller para docentes?

Porque creímos necesario:
- Implicar a los académicos, educadores oficiales y docentes en general, para que contemplen e incluyan estos temas en los planes de estudio.
- Que ellos sean agentes multiplicadores para estimular la formación de niños y adolescentes como espectadores que valoren la actividad artística con visión crítica.
- Facilitar el descubrimiento del teatro de títeres como un lenguaje expresivo diferente, instrumento para el desarrollo de la capacidad creadora y expresiva.

¿Por qué este taller para titiriteros?

- Porque sentimos como un buen desafío, lograr relaciones de intercambio de experiencias y aprendizaje con colegas.

- Porque fue una opción de crecimiento, mediante:
- a) el aprender a transmitir, lo que una ha logrado atesorar en el transcurso de sus años de labor
- b) los interrogantes de sus colegas, serían utilizados luego, como motores para una mayor investigación y estudio sobre diferentes temas.

¿Por qué este taller para todo público?

Porque este tipo de instancias:
- Promueve una actividad artística que puede ser formadora, digna de ser promovida como una valiosa actividad artística con salida laboral. (Aportando al desarrollo integral, estimulando y apoyando una posible vocación)
- Contribuye a la formación y perfeccionamiento de recursos humanos relacionados a esta disciplina artística a través de acciones de capacitación.
- Fomenta el interés del público por la actividad titeril e impulsar el desarrollo del teatro de títeres Argentino.
- Es uno de los disparadores para que el público apoye esta labor, desde el propio conocimiento de la misma.

¿Quiénes participaron?

Como grata sorpresa (cosa que no es TAN frecuente en Encuentros y Festivales), casi todas las colegas estuvieron en el taller, lo que me hizo sentir muy “acompañada”.
Titiriteras de Mendoza (entre las que se encontraban también estas “primerizas” organizadoras, a pesar de las carreras que sabemos, se deben correr, para llevar a cabo eventos de esta índole) de Salta, Mar del Plata, San Juan, Buenos Aires, Chile y Perú. Docentes, estudiantes, y terapistas de ambos sexos, se acercaron a este espacio. Las presencias y sonrisas de Titiriteros locales, como así también chilenos, le aportaron al taller, el toque YAN necesario, para equilibrar la energía. Y como buen lugar en donde hay mujeres: aportaron su frescura e inocencia, una “colección de frutitos del amor”, ávidos de tomar con sus mentes limpias, todo lo que pueda aportar a sus ganas de reír, jugar y compartir.



¿Qué logramos en el taller?



Como objetivo de conocimientos técnicos: logramos conocer los principios básicos del equilibrio y la manipulación en las marionetas de hilo.
Como objetivos a nivel humano: logramos
- Conocernos y compartir un espacio de creatividad, juego y trabajo
- Conectarnos y apoyarnos cada cual desde sus posibilidades, tendiendo redes (que permanecen).
- Comunicarnos sin necesidad de la palabra
- Relajarnos y bailar
- Trabajar en grupo con respeto, cordialidad, coordinación
- Escuchar, tomar, devolver, recibir y aportar; con humildad
- Relacionarnos e intercambiar.



- Y sobre todo REIR!!! (OPA, QUE NOS HACE FALTA ESTO ÚLTIMO!!!!, ojalá pudiésemos hacerlo mucho más tiempo del que lo hacemos)

CHARLA DEBATE "GÉNERO"

DISERTANTE: ALEJANDRA CIRIZA

Alejandra- Este no es un espacio en el cual vamos a hacer un debate académico acerca de las teorías feministas de primera, segunda o tercera ola, o lo que fuere, sino que más bien es un espacio en el que se trata de ver qué es esto del género, por qué hoy resuena tanto, de dónde viene históricamente y por qué las mujeres hemos necesitado espacios de mujeres, algo que no es muy sencillo de entender. Pero si uno entiende la historia de estas cosas, por ahí puede entender por qué se produjeron de esta manera.

Alejandra propone que cada participante se presente. En esta instancia de la charla, aparecieron los hijos, ser mujer, los tiempos difíciles, profesiones, ocupaciones, rescate del derecho a nacer y a morir en la casa, compañeros, docencia, alegría por estos espacios de reivindicación tanto del títere como de la mujer, educación popular, poesía, familia, cantos, territorio de pájaros, complementariedad de la mujer y el hombre, hacerse en el día a día, reunirse para compartir no para competir, juegos, búsquedas, luchas…

Alejandra- Hay dos maneras de aproximarse a la temática del género: podríamos optar por una charla académica donde les digo qué es esto del género, cuando aparece el término, por qué se usa esta palabra dentro de la tradición anglosajona y cuáles son las dificultades para utilizarla en nuestra lengua. En nuestra lengua es un problema usar esta palabra. Muchas veces se la usa sin saber claramente de qué se está hablando. Pero me parece que es mejor recurrir a la historia, para entender porqué aparece esta perspectiva, llamada perspectiva de género. Hablar de porqué aparecieron las feministas, que es una posición no sólo teórica sino política. Posición feminista es la posición de una mujer que se resiste a las formas de opresión contra la mujer. Que ahora podamos cuestionar, por ejemplo cómo parir a los hijos, tiene que ver con la posición de esas feministas que históricamente se enfrentaron al silencio e hicieron visibles nuestros problemas y nuestras demandas.
Las mujeres hemos sido consideradas durante siglos como inferiores. Por eso es bueno saber que en determinado momento histórico las mujeres decidieron cambiar las cosas, demandar igualdad, y no solamente mujeres. Por ejemplo Condorcet, un filósofo enciclopedista que fue el único entre ellos que vivió y actuó durante la revolución francesa, escribió un libro “Sobre los derechos de ciudadanía de las mujeres” en el que plantea que si se permite que vote gente que tiene gota ¿por qué razón no vamos a permitir que voten las mujeres que sólo menstruamos una vez al mes? Considerando, además que menstruar no es una enfermedad. Entre otras cosas interesantes, Condorcet se divorció de su mujer mientras estaba preso por sus ideas políticas, antes de suicidarse, para que ella no cargara con el castigo.
Para entender el tema de las mujeres el ejemplo de los otros suele ser útil. La conquista de América es el caso más claro para pensar el asunto: América era algo desconocido, era lo “otro”.
Cuando América fue conquistada, brutalmente conquistada (un tema que nos lleva a pensar otros asuntos, como si seremos americanos los americanos, si América será un buen nombre para nosotros …(o tal vez mejor Abya Yala, como le llamaban los indios). Decía, entonces, que cuando América fue arrasada por la conquista, apareció una cuestión muy importante para pensar este tema del género: cómo se ve al otro. Europa tenía una cultura que tendía a identificar diferente con inferior, y sobre esa base arrasó con las otras culturas, conquistó todo el mundo. Los europeos miraron al mundo considerando su propio punto de vista como central, y ellos como modelo de humanidad. Sobre la base de esa medida, desde ese lugar, miraron al mundo, y dijeron esos otros, los indios, que eran diferentes, eran inferiores: ser indio se convirtió en sinónimo de ser menos, de ser feo porque eran oscuros y desde los patrones europeos eso es feo. Lo mismo valía para los negros, ser negro era todavía, si se quiere, peor. Tanto es así que pensaban que los negros no tenían alma. Bueno, las mujeres tampoco.
Ese es el problema con los otros, que alguien tomó la palabra y dijo: ser otro es malo, ser diferente es malo, ser diferente es ser inferior. En la construcción de esta equivalencia las mujeres perdimos ¿Qué es lo que perdimos? Perdimos el derecho a decidir sobre el propio cuerpo, que es el derecho a decir como decían las feministas italianas, “io sonno mia”. Decidir cómo gozar, con quien gozar, decidir si quiero tener hijos, o no, por ejemplo, porque ser madre no es el único destino posible para una mujer.
Es importante ver qué pasó para que un ser diferente se transformara en un ser inferior, por eso es importante ver qué pasó con la modernidad, que pasó en ese momento de la historia.
Si bien la historia para cada una y cada uno individualmente empieza con nosotras/os, pensar en estas dos coordenadas es imprescindible. Nosotros nacemos con un cuerpo en determinado momento histórico, pero nos encontramos con una historia pasada. Karl Marx decía “las generaciones muertas pesan como una pesadilla sobre el cerebro de los vivos”. Comparto este concepto, porque nacemos en condiciones históricas y sociales que no elegimos, pero esas condiciones hacen al modo en que cada uno de nosotros se ve a sí mismo, a sí misma.
En América Latina esta problemática tiene particularidades, nosotras no somos como las feministas europeas, ni mejores ni peores, sino que tienen otros problemas, viven en otra sociedad. Para nosotras, por ejemplo, ha habido formas de ser mujer y formas de ser varón que se han convertido en mandatos. Esto se llama estereotipos de género.

Preguntan si podría explicar un poco más qué es eso del feminismo.

Alejandra- Las feministas somos …

Un participante- ¿Es lo opuesto al machismo?

Alejandra- Por empezar no, porque con esto de no elegir las condiciones en que se nace, esto de diferente igual a inferior, a las mujeres nos tocó no tener derechos durante siglos. Nos tocó ser consideradas seres sin alma, durante siglos. Durante siglos se pensó que para lo único que servía una mujer era para ser mamá. ¿Qué pasaba cuando esa mujer no podía, no estoy diciendo no quería (idea mucho más complicada) ser mamá? Habrán leído Yerma, es muy impresionante. ¿Qué pasa si no se puede tener un hijo? ¿Tiene que ser la más devastadora de las tragedias? ¿No se puede elegir un hijo que no sea de tu cuerpo?
Entonces ¿de dónde venimos las feministas? Esto da para una historia larga, pero voy a tratar de ser breve.
La palabra feminista surge en el siglo XIX, cuando las mujeres empiezan a pelear por el derecho al voto. Allí se comienza a utilizar la palabra y se usa de una manera peyorativa, se usa como una acusación. En realidad las feministas hemos sido y todavía somos ridiculizadas. Se dice que las feministas somos marimachos, masculinas, competimos con los hombres. En pocas palabras: el feminismo es una ideología extraña al ser nacional…
Pero las mujeres feministas somos mujeres como todas, hay gordas y flacas, de mi edad, más jóvenes y más viejas que yo. Algunas feministas elegimos ser mamás y otras no. Hay feministas heterosexuales y hay feministas lesbianas. Hay feministas que estamos cerca de la izquierda, marxistas, socialistas. Hay una tradición de feministas anarquistas que es una maravilla –también ajenas al ser nacional, a pesar de que en 1907 las muchachas hicieron una huelga en los conventillos-.
En Latinoamérica es muy difícil reconstruir las genealogías feministas porque es una tradición pequeña, frágil, débil. Es una tradición de vencidas y de vencidos. Yo pienso en los derechos humanos en Argentina, si no hubiéramos salido a la calle por los años y años que lo hicimos para mantener la memoria viva, que ahora a los 30 años ha florecido de una manera extraña, eso hubiese sido olvidado. Porque a los poderosos y a las poderosas no les conviene. No conviene que las personas seamos libres, que seamos capaces de decidir sobre nosotras. ¿Quién gana cuando las mujeres pierden? Las mujeres hemos trabajado toda la vida, siempre ha habido trabajo femenino, pero ese trabajo no ha sido visto. El trabajo del ama de casa se dice, no es “nada”, porque no se paga. Para el capitalismo es trabajo que no sirve. Sin embargo ese trabajo impago reproduce a los seres humanos, los alimenta, los cría.
En las sociedades humanas están las relaciones cara a cara, las que estamos construyendo ahora, y están las relaciones que tienen que ver con la inercia de los procesos históricos y sociales. En esta inercia existen relaciones de dominación, que no son fáciles de ver. Precisamente porque no son fáciles de ver es que hacen falta movimientos políticos y sociales, como el feminismo, para lograr que las personas que hemos sido consideradas inferiores, por ser diferentes, conquistemos derechos que otras personas han tenido como “derechos naturales”.
¿Hay algo en la genética masculina que diga que un varón tenga derecho a votar? Sin embargo de alguna manera se partió de esa idea. Se fueron construyendo socialmente estereotipos sobre la base de los cuerpos sexuados de la humanidad. Entonces se atribuyeron funciones: los varones sirven para el trabajo productivo, las mujeres para el trabajo doméstico. El trabajo productivo se paga, el doméstico no.

Uno de los participantes- Esto es una condena social, la del tipo que tiene que trabajar y cobrar. Porque estamos hablando de feminismo y yo me pregunto sobre la palabra género, ¿tiene sólo que ver con el feminismo? ¿Qué significa género?

Alejandra- Dijimos que feminismo aparece en el siglo XIX, que hay una primera oleada feminista que acompaña las revoluciones burguesas del siglo XIX. Hubo una mujer maravillosa que se llamó Mary Wollstonecraft, que escribió un texto maravilloso “La vindicación de los derechos de la mujer”. Ella estuvo casada con William Godwin que escribió las memorias de su mujer. Ellos intercambiaron unas hermosas cartas de amor. Ser feminista no significa estar peleada con los varones y no significa necesariamente ser lesbiana. Es un prejuicio, una brutalidad, pensar que las personas necesariamente tienen que amar a personas del otro sexo. Eso no está escrito en ningún lado, salvo en “la cabeza de la Iglesia Católica y Romana”. El problema de la Iglesia es que tienen mucho poder y la cabeza estrecha.
Entonces, nosotras, las feministas, tenemos una larga historia y el término feminismo viene de la tradición continental, de la tradición europea.
El término género nace en los años 80 en Estados Unidos cuando la cuestión del género se convierte en un asunto académico. Allí aparece la necesidad de buscar una palabra técnica para aclarar la diferencia entre el sexo y esto que se llama género. El sexo biológico tiene distintos aspectos: un componente gonadal, un componente genético, un componente corporal, que tiene que ver con los caracteres sexuales secundarios. En este sentido como ustedes saben, hay personas cuyo el aspecto externo no tiene que ver con el sexo biológico, las travestis. Ellas son un ejemplo de la no coincidencia entre el sexo gonadal y los caracteres sexuales secundarios. Y no sólo eso: todas y todos tenemos experiencias, hemos visto que el sexo no induce un deseo heterosexual necesariamente: en los cromosomas no está escrito a quien vamos a amar. Un varón puede amar a una mujer o a otro varón, una mujer puede amar a otra mujer o a un varón. No hay nada en el sexo biológico que determine la sexualidad. La sexualidad es una dimensión de la vida humana que tiene que ver con los aspectos psíquicos. Pero además hay una dimensión cultural, esto fue lo llamado género.
El género tiene que ver con qué papeles, desde el punto de vista social, eran asignados a las personas en razón de su sexo. Esta idea de que a un sexo le corresponde un género y una forma de sexualidad es una forma normativa de pensar la relación sexo – sexualidad – género. De aquí surge la noción de estereotipo de género. Hay un estereotipo de género cuando se busca rabiosamente que cada persona cumpla un papel en función de su sexo - como si la habilidad para lavar pañales tuviera que ver con el sexo femenino-. Cuando se cree que hay características que son femeninas y otras que son masculinas. Cuando se piensa de esa manera, se tiende a pensar que las mujeres somos naturalmente suaves, dulces y acogedoras y los varones son naturalmente violentos. Por ejemplo para la policía: varón – joven – morocho igual delincuente.

Una de las participantes- Pero las mujeres, somos en muchos sentidos, vulnerables. Por ejemplo no igualamos la fuerza física del varón.

Un participante- Esto tiene mucho de construcción histórico cultural, hay diferencias pero estas diferencias tienen mucho que ver con una construcción histórico- cultural.

Alejandra- Esto es algo para tener en cuenta. Los cuerpos humanos son moldeables. Una chica con un buen entrenamiento puede tener más fuerza que muchos varones.

- Las mujeres bolivianas cargan sobre su espalda mucho peso.

- Hay mujeres que son obreras de la construcción.

Alejandra- Esto pone de manifiesto la fuerza de las representaciones culturales. Por ejemplo en el siglo XIX se había decidido que el embarazo era una enfermedad.

- Hoy en día también hay algo de eso.

- Yo creo que en esta reflexión que se hace de que la mujer debe abordar el afuera, los hombres también cargan con el peso del afuera. Porque socialmente se le inculca al hombre que es el fuerte, entonces en una situación de peligro él está tan asustado como una mujer, porque es un ser humano como ella.

Alejandra- Está bueno analizar que la experiencia de las mujeres no es la misma para distintas clases sociales y para distintas etnias. Yo les decía que en el siglo XIX el embarazo era una enfermedad para las “señoras”, pero no lo era para las trabajadoras y campesinas que parían en el surco.
Las mujeres pertenecemos a todos las clases sociales, a todas las culturas. Sin embargo esto es muy difícil de ver, porque se tiende a “esencializar“. Se tiende a pensar que hay en el sexo algo de “esencial”.
En realidad la diferencia sexual es del orden de lo ontológico. La humanidad viene al mundo en cuerpos humanos sexuados y eso genera la ilusión de inmodificabilidad. Sin embargo la biología no es destino. En el mundo hay varones, mujeres pero también gente “extraña”, intersex, personas cuyo sexo biológico no es claro. Sobre ello hay diversas orientaciones sexuales: homosexuales, heterosexuales, bisexuales. Un mundo diverso es mundo mucho más rico.
Ahora, ¿qué ha pasado en esto de la redefinición de los lugares de varones y mujeres en relación con lo público y lo privado, con el adentro y con el afuera? Ha pasado que a partir de los años 60 y 70 las mujeres han incursionado en lo público, pero esto no se ha visto complementado con el ingreso de los varones en lo privado con la misma fuerza y la misma responsabilidad. Esto es muy difícil de cambiar porque es cambiar la vida cotidiana. La revolución feminista es la revolución más larga de la historia porque tiene que ver con cambiar nuestros modos de relacionarnos, nuestros modos de relacionarnos con otras mujeres, nuestros modos de relacionarnos con los varones, nuestra manera de criar nuestras hijas y nuestros hijos, nuestra manera de resolver los problemas de la vida cotidiana, nuestra manera de ver a nuestro compañero, resolver lo de las compras, no que te ayude, sino hacerse cargo. Las mujeres se hicieron cargo del afuera, pero los varones tienen muchos problemas con el adentro.
En esta socialización estereotipada y jodida, los afectos son el reino de las mujeres y la razón el de los varones. El desafío es construir una cultura diferente, una cultura más tolerante, pero una cultura capaz de aceptar el grado de conflicto, el grado de enfrentamiento con las tradiciones.
Devenir feminista no es fácil, implica una guerra. Mi primera batalla como feminista fue con mis entrañas, no fue pelear con un tipo, con alguien que está afuera. Esto es más fácil. Pero pelearme conmigo, con los mandatos ancestrales, pelearme con la mujer arcaica que vive en mí, pelearme con mi abuelita, es muy duro. Esas son las primeras peleas, no con el afuera, sino con una misma. Por eso es tan complicado, pero así tiene que serlo. Si yo quiero que los derechos sean para todas, hay que superar las posiciones individuales. Creo que para muchas mujeres el mundo es muy vil. Porque muchas mujeres no pueden decidir como parir, hay mujeres que son violadas, que son golpeadas, hay mujeres como Romina Tejerina, que fue violada, que no pudo ni siquiera darse cuenta que estaba embarazada, que no pudo decidir.

- ¿Cómo se plantea el feminismo esta lucha para el cambio? ¿Cómo se relaciona con lo político? Porque estos mandatos tienen que ver con la propiedad privada, con el capitalismo. ¿Qué se plantea desde el feminismo para enfrentar esto?

Alejandra- Yo voy a contestar por mí, porque en realidad el feminismo empieza siendo liberal. Por ejemplo, pensemos en nuestro país, ustedes saben que desde el año 1985 la Argentina suscribe a la “Convención internacional contra toda forma de discriminación de la mujer”. Esto significó la participación de la mujer en el aparato del Estado donde fueron a ocupar lugares en los “organismos mujer” mujeres con trayectoria feminista. Muchas de estas mujeres querían derechos. La verdad es que la pelea por obtener derechos fue muy importante, pero pelear por algunos derechos no significa modificar la condición de la mayoría de las mujeres.
Es decir, que en lo político no siempre estamos de acuerdo. Es más, en los Encuentros de Mujeres discutimos bastante. El feminismo está cruzado por contradicciones. Por eso es más conveniente hablar de “los feminismos”. Mi utopía social, como feminista, tiene que ver con una cierta traición. Yo fui militante en los 70, vengo del marxismo. Y sigo pensando que la vida humana es imposible en el capitalismo. Sigo pensando que esta sociedad hay que cambiarla. En esto difiero con mis compañeros, porque son fantásticos como compañeros, pero siguen con posiciones patriarcales. Para mí el problema de las mujeres no es una contradicción secundaria. Creo que para cambiar esto no tenemos que esperar. Tenemos que generar una transformación profunda, que nos debe abarcar a mujeres y varones, y también a las personas cuyo sexo no se puede definir tan rápidamente.
El tema es que el capitalismo es verdaderamente depredador. El capitalismo nos va a dejar sin naturaleza; nos va a dejar dentro de poco sin agua, algo absolutamente básico. Yo creo que el mundo no es una mercancía. Dado que las cosas se han puesto muy duras, no hay que esperar una gran transformación, la transformación hay que hacerla todos los días. Si nos toca una revolución, ¡aleluya!, la revolución es un sueño eterno. Pero la realidad nos impone que hay que pelear para transformar el mundo todos los días. En esto hay que pelear por transformar nuestra relación con la naturaleza, nosotros somos parte de la naturaleza. No soy algo separado de mi cuerpo, yo soy mi cuerpo, esto es muy difícil de pensar. Esto se piensa desde el feminismo. El marxismo te da otras herramientas que son muy importantes, porque lo que te puede pasar con el feminismo es que te quedes centrada en tu ombligo. Pero el ombliguito también tiene clase y tiene otras cosas.
No hay una sola respuesta desde el feminismo, hay varias respuestas. Estas respuestas políticas difieren y muchas veces no son confluyentes.
- ¿Y a nivel filosófico?
- Hay algo más grave que esta aceptación o ambigüedad política. Me sorprenden los feminismos liberales, porque hablar desde el liberalismo de derechos… ¿de derechos de libre mercado? Son derechos para ese sector y no son derechos para el resto de la población. No termino de cerrar esto de cómo se puede hacer acuerdos entre dos posiciones tan opuestas. Si sos liberal sólo pensás en tus derechos individuales.

Alejandra- Ha habido feministas burguesas que desde el punto de vista del feminismo han sido muy interesantes. Pienso por ejemplo en Virginia Woolf. Ella no era una revolucionaria ni mucho menos. Sin embargo planteó cosas muy importantes para pensar como mujeres. Pensar que a las mujeres no nos estaba permitido escribir; que era una condena habitar en un cuerpo de mujer; cosas difíciles de entender ahora. Nosotras salimos a la calle y no hay ningún problema, pero piensen que pasaría si en lugar de estar aquí estuviéramos en Irán.
El tema es que ser mujer sigue siendo una desventaja. Entre las feministas tenemos contradicciones y está bueno. Eso no quiere decir que voy a defender a cualquier mujer que se diga feminista ni voy a estar de acuerdo con todas las que se digan feministas. Al igual que no estoy de acuerdo con muchos compañeros aunque sean marxistas.
Las cosas son complicadas y es bueno verlas en su complejidad, poder no dar respuestas simples. Cuando damos respuestas simplificadas nos equivocamos. Marx me enseñó que hay que pensar las cosas en su complejidad.
El haber militado políticamente me permite afirmar que lo que se plantea teóricamente da lugar a respuestas muy abstractas. Sobre estas abstracciones no hay ningún tipo de control. Lo que uno piensa, lo dijo también Marx, tiene que servir como una herramienta para la práctica; tiene que servir no sólo para interpretar el mundo sino para transformarlo.
En ese sentido el feminismo reflexiona, proporciona una forma de la teoría que tiene un enorme parentesco con el marxismo. Claro que hay feministas académicas que discuten sobre el significado metafísico del pirulín.

- Quiero traer todo esto de la historia del feminismo a los que nos pasa actualmente. Las mujeres estamos afuera, trabajamos y nos sentimos muy bien. Es verdad que además seguimos teniendo sobre nuestras espaldas la responsabilidad de llevar adelante la casa. Pero creo que las mujeres hemos ganado terreno y que los hombres también se han ido reacomodando. Para ellos también es difícil porque hay una carga social muy fuerte. Aunque creo que la mujer por naturaleza es diferente…

Alejandra- Diferente sí, pero no por naturaleza.

- Bueno pero por naturaleza podemos parir y los hombres no. Creo que todos estamos en un proceso de reacomodarnos, y así como existen todavía hombres muy machistas, hay otros que han salido a acompañarnos en este movimiento. Por eso no adhiero a esa posición feminista a ultranza. Sí a la lucha de la mujer por su independencia y por defenderse de la opresión, de la violación, de la violencia familiar.

Alejandra- Nos tenemos que preguntar cómo reconstruimos las relaciones entre los hombres y las mujeres.

En este momento de la charla comienza un debate de distintas apreciaciones sobre el tema. Aparece la diferencia entre lo individual y las condiciones sociales e históricas para abordar en conjunto la problemática de las mujeres y de los hombres. También aparece el tema de cómo los mandatos están implícitos en todas las actividades de la vida cotidiana, como es lavar los platos o preparar la comida. Se plantea que son muchas veces las mujeres las que aceptan de buen grado el machismo y que se vive en la inercia sin demasiada reflexión sobre lo que significan los hechos que realizamos todos los días. Vuelve a aparecer que la transformación se debe realizar día a día.
Se dijo que para transformar hay que leer las regularidades que van más allá de lo individual. En estas regularidades se puede ver que lo que realmente es sancionado es el no cumplir con el mandato. Esto no quiere decir que la opresión de los hombres y las mujeres sea simétrica. Pero hay fenómenos actuales que tienen que ver con la opresión de los trabajadores y esto incluye a hombres y a mujeres. Esto explica porque el movimiento piquetero esté conformado en su mayoría por mujeres.
Otro aspecto a destacar es que se planteó que lo corporal humano tiene mucho más de histórico cultural de lo que se acepta. Esto está demostrado desde lo psicológico hasta lo embriológico. Sin duda cuando hablamos de hombres y mujeres hay diferencias biológicas, pero el desarrollo de nuestras manos, la distribución de nuestras neuronas, la curvatura de la columna, es producto de la vida en sociedad y de los modos de producir y de comunicarse. Esto abre la posibilidad de ir pensando cómo querríamos que fueran nuestros descendientes.
Se dijo que el machismo es una ideología que compartimos los que nos socializamos en esta cultura, hombres y mujeres. Feminismo y machismo no son equiparables a la lucha entre hombres y mujeres, sino que luchar contra el machismo es luchar contra una ideología muy afincada en nuestro interior.
Aparece alguien que habla de “lo femenino”, “de despabilar lo femenino”, asociándolo con lo fantástico, lo abarcador, lo afectivo. Esto genera una discusión sobre si existe “lo femenino” o “lo masculino” a priori. Se habla de lo fantástico en contraposición a la lógica, entre otros temas.

Alejandra- Esta discusión es muy larga. Mi función era contarles que algunas teorías feministas proponen una crítica teórica y política sobre un sistema de dominación que produce relaciones asimétricas entre seres humanos en función de la diferencia sexual. Cuando hablo de estas relaciones aparece por ejemplo lo que se planteó respecto de la desocupación y el rol del hombre. La mayoría de los hombres de edad media no están preparados para enfrentarse con la desocupación y con la falta de trabajo asalariado. Lo que está pasando es que las transformaciones sociales se han generado de una manera que muchas veces no alcanzamos a comprender y a los seres humanos nos cuesta mucho cambiar la vida cotidiana y las condiciones profundas de nuestra vida. De pronto el mundo ha cambiado muy rápidamente y un varón, que ha sido educado para tener un trabajo asalariado, se encuentra desocupado. ¿Qué recursos objetivos tiene el varón para afrontar esto? La respuesta social que aparece frente a dicho problema es desvalorización, estigmatización, exclusión.
El feminismo proporciona herramientas para pensar esto. El feminismo no es lo contrario del machismo, sino que es una forma teórica y política de pensar cuales son las consecuencias que ha producido este sistema, llamado patriarcado, basado en las desigualdades en razón de la diferencia sexual.
No se trata de eliminar la diferencia sexual. El problema no es la diferencia, el problema es cuando la diferencia se transforma en estigma y en desigualdad. El problema es que un varón, por nacer en un cuerpo de varón, no tiene permitido enternecerse. Ahí está el problema y eso es lo que hay que transformar.
Esta postura nos permite pensar que el feminismo no es lo contrario del machismo y que las mujeres no nos vamos a convertir en dominadoras. El feminismo es una herramienta política y teórica que permite entender algunas cosas que están pasando, cómo se han producido estas relaciones asimétricas de poder, qué efectos tienen estas relaciones en la vida de los sujetos y finalmente, esto que decía Ernesto, que no hay ningún destino predeterminado para los humanos. Los seres humanos nacemos en condiciones que no elegimos, pero podemos transformarlas.
Desde mi punto de vista feminista, el mundo es extremadamente violento con nosotras: las mujeres tenemos el 1% de la propiedad mundial, trabajamos el 70 % de las horas de trabajo que se trabajan en el mundo, nos hacemos cargo de cuidar a los otros seres humanos más indefensos: a las viejas y a los viejos, a las niñas y a los niños. Me importa que las mujeres que no nacieron con los privilegios que yo tengo, también tengan derechos. También que los hombres tengan derechos.

CHARLA DEBATE "LA MUJER, EL ARTE Y LA DRAMATURGIA

LAS MUJERES Y EL ARTE - DISERTANTE: MARÍA BEATRIZ FRAIRE
En realidad yo soy una invitada que no figuro, no tengo nada que ver con el arte, desgraciadamente para mí. Toda mi vida intenté ser artista y no lo logré. Dado que este país es generoso y uno puede dedicarse a profesiones delirantes como dice Cortázar, yo me dedico a una profesión delirante: soy psicoanalista.
Primero quiero agradecerles a las mujeres titiriteras que me hayan convocado a través de Sonnia, con quien compartimos varias cosas. También quiero hacer una aclaración, cuando uno dice que es psicoanalista, la gente cree que uno interpreta todo, lee entre líneas y que es una especie de extraño ser. Los psicoanalistas tenemos mucha relación con el arte, sobretodo por envidia. El inventor del psicoanálisis, Sigmund Freud, decía que “nada podrán decir los psicoanalistas que no hayan dicho los poetas y los artistas no hayan dicho”. De allí nos marcó para siempre. Entonces en cuanto lugar de arte hay, estamos para copiar. Yo pensaba copiar, pero heme aquí abriendo.
El tema que me propusieron era las mujeres y el arte, tema vasto si lo hay.
Cuando uno habla de mujeres, se impone otro tema, casi de cajón, mujeres, arte y amor. Es un buen tema para compartir con todos aquellos que estamos interesados en el psicoanálisis, en el arte, en el amor, sobretodo en el estatuto moderno. Stendhal decía que mucha gente no sabría que es el amor sino hubiera leído primero torres de libros de amor. Podemos decir que el amor puede ser un semblante, es decir un conocido; podemos decir que el amor es natural; podemos decir que no es natural; podemos decir que el amor es un artefacto; que es una convención… Creo que en esto el psicoanálisis y el arte tienen algo que ver, es una apuesta fuerta a ver si podemos decir algo sobre el estatuto contemporáneo del amor.
Tengo la impresión que la dificultad del estatuto contemporáneo del amor está marcado por diferentes síntomas, como por ejemplo la multiplicación de los clichés del amor, que vienen establecido desde la literatura. En ocasiones la literatura de nuestra época recicla clichés de manera mecánica y al mismo tiempo es la perspectiva que se califica como postmoderna. No se cree más en la modernidad, ni en la solución nueva inventada, pero tampoco se cree en las viejas soluciones. El resultado de esto es la ironía y la cita. La cita es porque no se puede inventar algo nuevo, la ironía porque no se cree en las historias de amor. De allí que la dificultad para salir de la actitud ignómica: a mí no me van a vender historias de amor, y otras cosas por el estilo, implica cierta ideología. Si quiere partir de una historia de amor, por supuesto se llega al amor, para sorpresa en especial de los varones, quienes pensaban comprometerse en una historia sólo por satisfacción, caen en la paradoja del amor. Se piensa que se está todo el tiempo muy atento a la cuestión del amor, pero no obstante no para de mezclarse en las dificultades del terreno amoroso. Hay unas letras, unas disimetrías desde la perspectiva del amor, que podríamos reducir a la idea que sólo las mujeres hablan de amor. Una idea temática de la literatura femenina o de la literatura de mujeres, escrita por mujeres. La escritura femenina estaría centrada precisamente sobre la exploración temática del amor, de los impactos, de los sufrimientos y desde allí se interrogaría más profundamente la intención de una forma moderna del amor.
Para Freud, la sexualidad femenina era misteriosa, enigmática. Le llegó a confesar a Mary Bonaparte, una discípula, que a pesar de su investigación sobre el alma femenina, una pregunta seguía sin respuesta para él. La pregunta era: ¿Qué quiere una mujer?. Este desconcierto vale para todos, y sobretodo para las mujeres. Se inventó una respuesta, algunos filósofos dicen que cuando uno hace una pregunta, de algún modo es porque tiene una respuesta. Entonces a la pregunta de ¿qué quiere una mujer?, la respuesta es: quiere ser amada. Lo que instala al amor en un lugar distinguido y da cuenta, a través de los años, de tanta y tanta literatura. Pero mantiene otra pregunta: ¿Qué quieren las mujeres de la relación amorosa en la vida moderna? Las figuras de lo femenino se constituyen entre el singular de cada mujer y el ideal que se propone para todas. Así cada figura ha hecho un rasgo de múltiple configuraciones extraídas de los diferentes cánones culturales de las diferentes mujeres. Así tenemos las guerreras de la antigüedad; las sacerdotisas y las diosas de los griegos; las místicas y las hechiceras de la edad media; las vírgenes y las religiosas; la madre y la hija; la mujer como objeto de intercambio de los feudales; la prostituta, la esposa y la amante (van juntas). Veneradas, maltratadas, respetadas, la figura de la mujer se multiplica, se multiplica.
Freud aborda el tema de la sexualidad femenina en un artículo que se denomina “El motivo de la elección del cofre”. Hoy que estamos en tren de confesiones les diré que lo extrajo de la obra “El mercader de Venecia” de Shakespeare. Como sabrá Portia estaba obligada por la voluntad de su padre a casarse con quien elija el cofre correcto entre tres cofres. Uno es de oro, otro es de plata y el tercero es de plomo. Los dos primeros caballeros eligen el de oro y el de plata y fracasan. El éxito está en el que elige el de plomo. Freud pone este episodio de la elección de los hombres entre los cofres, cofres como símbolo de las mujeres, y plantea conocer su historia de la literatura y de la mitología. También presenta el caso del rey Lear, el rey que distribuye su herencia entre sus tres hijas de acuerdo al grado de amor que éstas le demuestran. Las dos primeras le declaran todo tipo de juramentos y la tercera, Cordelia, permanece en silencio. Muy enojado, el rey les da el reino a las dos hijas mayores, mientras Cordelia permanece en silencio. Como es de esperar estas hijas lo despojan y la única que sigue fiel al padre es Cordelia. La misma historia es la que podríamos traspolar y hablar de Cenicienta. A ella la despojan y la mantienen oculta cuando vienen a buscar a la propietaria del famoso zapatito perdido. Así tenemos el cofre de plomo, Cordelia silente, la Cenicienta oculta, historias que evocan, como dice Freud, ideales mitológicos. La interpretación freudiana de estas tres mujeres, es las tres relaciones que mantienen los hombres con las mujeres: la madre, la mujer que viene en el lugar de la madre y finalmente la muerte, que triunfa sobre las otras dos. Estas mujeres retrasan siempre el posible encuentro.
Más moderno, podemos citar a Kawabata, que relata, en la novela que se llama “La casa de la bella durmiente”, la existencia de un hombre que se acuesta con una virgen dormida, a condición de no tener relaciones sexuales con ella, y ésta le hace revivir la figura de todas las mujeres que lo acompañaron en su vida hasta el momento en que aparece la muerte.
Como vemos las figuras de las mujeres son independientes de los hombres que las captan. Planteado genéricamente, tanto hombres como mujeres, quedan involucrados en las imágenes que las mujeres se hacen de las mujeres. De esto queda un resto a solas en cada mujer, del que surge un enigma que se cristaliza en otra pregunta, tan difícil de responder como la del principio: ¿qué veo?. Diálogo sin salida entre los sexos. ¿Qué es una mujer para las mujeres? ¿Qué quiere una mujer para los hombres?
Las imágenes femeninas están construidas como un efecto del discurso. Lo simbólico modela los ideales con estas mujeres se identifican para responder al enigma de la sexualidad femenina y lograr con ello ser deseada y amada por su partener. El ideal de las mujeres se construye en cada época, e indica la imagen que debe ser alcanzada para contener las inquietantes búsquedas de cada una. Las producciones poéticas, artísticas, filosóficas, reflejan este creacionismo. Mucho antes de toda la literatura que he citado, en un libro muy famoso, la biblia, encontramos mujeres célebres, que reflejan los ideales de ese momento.
Freud, que era un hombre terco, avanzó con firmeza y logró mantener como un bastión, como una adquisición, que hay una profunda dismetría entre los hombres y las mujeres y que tanto la masculinidad como la femeneidad no pertenecen al orden de lo natural. La sexualidad no está dada por una diferencia anatómica, sino por posiciones del sujeto frente a un término, que nosotros denominamos, castración. Y de esta, que no es más que una posición discursiva, da cuenta la homosexualidad, el transexualismo… Existen hombres que se sienten mujeres, y se declaran mujeres; mujeres que afirman ser hombres; mujeres, que son mujeres, y discursivamente son hombres; hombres, que son hombres, y discursivamente son mujeres; hombres que son a rato hombres y; mujeres que son a rato mujeres y a rato hombres… Esto quiere decir que la elección del sexo y del objeto, no está determinado por el destino anatómico, sino que dependen de la posición que un sujeto tome, frente al mundo simbólico.
En fin todas las mujeres somos un poco artistas, porque construimos lo que se llama la mascarada femenina. Lejos de ser un concepto menospreciado, es verdaderamente una invención de la mujer. Esto quiere decir que todas las mujeres inventamos que es ser una mujer, nunca de manera acabada… Por eso las mujeres y el arte, son inseparables.



REESTRENAR LA "OBRA" - DISERTANTE: SONNIA DE MONTE

Los primeros títeres que vi en mi vida fueron, por supuesto, en la escuela primaria, en esos actos escolares en que , por inquieta y tímida, o más bien por eso, obediente a ciertas reglas que tuvieron que ver con mi afición, gustosa de decir una poesía “Oh, qué bellas las flores” y etc, etc, etc, o dispuesta a bailar un escondido o un gato… O la tarantella, que llenaba de orgullo a mi padre (más por la tarantella que por mis flacas posibilidades como bailarina), debo decir que sí, los vi por primera vez, porque eso cabe: verlos.
Es que los veía desde atrás: el retablo de cretona armando una caja con alfajías barnizadas (todo se barnizaba antes) y nada más. Una silla abajo con los muñecos que aparecían según la historia y la maestra ante el micrófono helado y plateado (¡no imaginan lo que eran esas mañanas de 9 de julio en el sur provincial!) narrando a grito pelado, para poder tapar los ruidos del micrófono comprado a duras penas por la cooperadora escolar, tal vez por eso ya venía con sonidos incluidos. Los compañeritos de brazos largos y fuertes –eran los competentes-, se bancaban el cuento completo con los brazos para arriba como galeotes, moviendo a veces con gracia por pura espontaneidad y a veces dislocando de tal modo la cabeza y la túnica del muñeco que supongo un aporte inenarrable para mi imaginación y de toda la población escolar, ya que se podía seguir en parte nomás, el cuentito desde el famoso micrófono, del que yo pensaba, era la verdadera estrella de la fiestita.
Aparecían una y otra vez (las mismas cabecitas servían cada vez tanto para un barrido como para un cosido; es decir, para ser congresistas en Tucumán, por ejemplo, aunque siempre alguno de menos; nos imaginaríamos entonces que había pedido permiso para ir al baño o para comprobar que French y Berutti repartían como es de rigor las escarapelas de rigor, poco importaba confundir un poco el anecdotario histórico)… Hoy, muy contaminados por este presente, pensaríamos justamente que habrían salido de escena para hacer lobby, sin que importe un pepino la historia…
O en los 12 de octubre (¡vaya “fiestita” que aún en la actualidad se pretende “festejar”), con algún tul y un par de coronas, mutaban a reyes católicos – debo confesar que eso de reyes católicos para mí significaba que eran reyes curas. Con Fernando me cerraba más o menos. A la que no podía ubicar de ningún modo era a Isabel, pero en fin…- Y Colón, jubón y espada, más la cruz y una carabelita como quitada con artes de magia de una botella con barco… Los indios, bueno, los indios eran dos o tres cabezas con pluma y cuando se acababan las cabezas, algunas plumas asomaban por la escena del retablo, como si estuvieran más abajo en malón…
Me extiendo porque es un gozo este recuerdo, y describirlo aún más, porque tengo hasta ahora que lo escribo como oculto, pero atesorado en mi memoria.
Me gustaría preguntar en mi escuela hoy qué pasó con esos enanos feos y encantadores (ya me consideran bastante loca en mi pueblo, imaginen si voy a hacer esa pregunta), así es que sólo voy a imaginar, que a esos muñecos abnegados se los comieron las polillas… Muerte hermosa al fin y al cabo, luego de tanto trabajo y juego, a pesar de que merecerían estar no como los personajes que fueron, sino como lo que son: calabacitas con boquita y ojos y pestañas de papel glassé, y su humilde túnica donde darle vida a los dedos. Deberían estar creo, en el pedestal donde está un señor que acaso mató indios y despreció compatriotas, y estimuló un doloroso futuro cultural para el país…
Y digo muerte hermosa, porque esas polillas tal vez bailaron mucho más que cualquier polilla de ropero en los pocos focos de las calles de mi pueblo…
Luego intenté hacerlos, quiero decir, manipularlos, un vez, cuando montábamos esos cuentos locos y claros que montaba el Flaco Suárez en el Taller, el viejo y entrañable El Taller de la calle Lavalle, en Hansel y Gretel….
Todo anduvo bien, para mí por lo menos y para la mirada compasiva de los chicos… Pero cierto domingo, entre el público, estaban la Pelusa Oliveras y el Luciano Ortega. Lo supe cuando nos vinieron a saludar y me dijeron, baqueanos e inexorables titiriteros, que es imposible que el muñeco cante cuando tiene la oca cerrada y que esté callado cuando tiene la boca abierta… Elemental.
Es decir que hacer títeres requiere un poco más que meter la mano dentro de un paño con ojos, por más buena voluntad que se ponga y por más bonita historia que se cuente…
¡Que vergüenza! ¡Qué lección! Gracias, Luciano, gracias, Pelusa; nunca más lo intenté. No es rencor, ¿eh? Todo lo contrario: es aprender. No me daba para títeres, me daba para otra cosa y a esa me dediqué y por esa estoy acá, orgullosa y colega… Pasa que a veces, en estos oficios, la suficiencia supera la autocrítica. Depende de quién la advierta, se escucha como verdad. Así de simple.
Mucho después, trabajé junto a un titiritero, obsesivo y anárquico como lo son envidiablemente los titiriteros: el turco Yasar. Volví a aprender. Trabajamos por una pasión donde la pasión está fuera de su hábitat: los espacios oficiales “de cultura” … Difícil, muy difícil. Porque no ingenuos, pero sí francos e inexpertos, pensábamos que el arte iba unido a la solidaridad, que las decisiones políticas y la conciencia de lucha de clases (en este caso, también de “clase” medio paria que somos), nos haría lograr un espacio necesario y justo para la tarea…¡Qué va! El sistema decide. No va a innovar cuando se trata de lo genuino…Lo deja morir nomás, no vaya a ser cosa que respire más oxígeno que el mercado. Reglas del presente. Reglas que no acepté entonces, ni ahora, Soy anacrónica y qué… No me fui en ninguna estanciera a andar los caminos para terminar de comprobar que la risa es genuina… El titiritero sí lo hizo. Y otros tantos. Yo no. Sólo seguí escribiendo, eso sí… ¿Paro aquí y trato de ir al tema?
Y no sé cuál es el tema, en realidad. Mi querida compañera en este diálogo, me decía: “es complejo, no encuentro todavía el significante…” Vaya problema en el que nos hemos metido, entonces, pero saldremos adelante, por compromiso y afecto; recurro a un viejo libro que dice:

“Lo que en castellano se designa con la palabra “títere” nunca ha sido aceptado entre nosotros. Los vocabularios nacionales publicados hasta hoy, no la poseen, prueba que no conocen la acepción. La descripción del objeto dará el vocablo rioplatense: un títere no es ni siquiera un mal muñeco, es una cabeza de muñeco, por lo tanto el dicho “no dejar títere con cabeza” es un absurdo, porque quitando la cabeza desaparece el títere’.
‘Es un trozo de madera que se tallaba generalmente con un buen cortaplumas o navaja, elijiéndose (sic) con preferencia las maderas más blancas y livianas; un tronco de pita o pitón era muy usado por reunir esas condiciones en su grado máximo. Una vez concluida, la testa de un títere presenta la forma de esas grandes caretas de cartón, huecas, que se colocan metiendo la cabeza dentro de ellas’.
‘Se le hacía un poco de pescuezo, al que se ataba una larga túnica, con sus dos mangas no mayores de un dedo de guante; en los extremos de estas mangas se adherían unos pedacitos de madera simulando manos, toscamente talladas’.
‘Ya el títere completo, se metía en el brazo por esta túnica, introduciendo el dedo mayor en la cabeza y el índice y el anular en las mangas; el pulgar y el meñique se cruzaban sobre la palma de la mano, formándole el abdomen al títere’.
‘Como es natural, el “teatro de títeres” no tenía piso ni escenario, pues manejaban desde abajo”… (ROSSI, Vicente. 1969. Teatro nacional rioplatense. Solar/Hachette. Buenos Aires. P. 152).

Pues bien, mi compañera tiene razón. Complejo hallar el significante. Esta descripción es tan vieja y técnica, o hasta despectiva, que no trae consigo también la trascendencia, la llegada o el para qué…
Tal vez porque en arte (y en lo que respecta a artes de escenario) hay una excesiva tentación de hablar de géneros menores y géneros mayores…. Entonces se describe una “herramienta” técnicamente, pero no se la describe con su para qué, como una curiosidad, o un emergente y nada más… Sin embargo, su proyección y trascendencia es ilimitada, es maravillosa, es genial.
Pues eso son los títeres y los titiriteros… Hasta tal punto, que me atrevo, ante ustedes y con ustedes, a manifestarme y proponer un manifiesto. Y es …
… volver a hablar de obra de arte, re-imponer el concepto de obra de arte cada vez que se hable de producto, en esta actualidad en que sólo se habla de “producto”. Si se habla de “producto”, inmediatamente se infiere que lo concretado es un servicio al que se le impone precio. Ergo, pierde su valor y gana o pierde precio… entonces se valúa la herramienta, no el para qué, la proyección y la trascendencia.
… propongo volver a hablar de CREACIÓN, no de producción. Porque si se habla sobre el trabajo artístico con el término “producción”, nos inscribimos en las elementales y discriminatorias leyes del libre-mercado y entonces sí que somos “herramientas” pasibles de ser ordenadas por “calidad de insumo” y “excelencia de aspecto”, y vuelve a quedar de lado, desestimados y dolorosamente olvidados, el para qué, la proyección, la trascendencia… -y, en este caso, para qué valdrá una encantadora calabacita con ojos que nos hacen descubrir los valores de solidaridad, de honestidad y de vida que expresan…
Porque, entiendo, el trabajo artístico tiene valor; no tiene precio… No es un insumo posible de instalar en una góndola de supermercado o un bien y servicio privatizado que se vota en las cámaras por coimas, ni expuesto a una licitación para comprar al “mejor oferente”…
¡¡Los artistas no producen!! ¡¡CREAN!!! Los hay que producen y es natural que así sea, pero son una parte que no hace asco a cualquier patrón o a cualquier orientación o directiva si, con eso, puede seguir “ganando” para subsistir más o menos miserable o dignamente. Al fin y al cabo, alguien tiene que ocupar espacios oficiales y privados con “producciones” eb serie, promocionadas a rabiar, aportando al vaciamiento o a la elementabilidad de contenidos, o a una subsistencia entrecortada entre el ser y el estar, para sostener el sistema.
Y está bien que el estado legisle en estos temas, está bien que aporte y debe aportar para el sostén de los valores de identidad y de cultura de los pueblos… Pero legislar y administrar no es “gerenciar”, como en el presente se exige, y ahí está la gravedad de la cosa.
De qué sirve para los niños, para la población completa, que permanezca nominalmente el arte en las escuelas, la “enseñanza” del arte en las escuelas con leyes que la legitiman, si ese arte que se imparte o se proclama responde a los términos del mercado y del sistema y no a la intangibilidad del conocimiento y de la solidaridad…. Prefiero, yo por lo menos, la anarquía del artista que elige, que pelea, que cree y que cambia; que vuelve a ser aquella vanguardia que era, no la retaguardia, el “plomo” de los promocionados por demagogia u obligación de las “gestiones de turno”… ¿o tuvimos más hambre de igualdad antes que ahora? ¿O acaso fuimos más pobres antes? Nada cambió, excepto para unos pocos… El sistema ha creado una quiniela para los artistas, a ver quién acierta el número… Yo, por lo menos, no quiero jugar azar con el arte.
Y ahí está la clave creo yo, para empezar a trabajar de nuevo desde las palabras que propuse y desde la acción: para que nuestro trabajo sea fuente de trabajo y no código de barra de supermercado, ni contrato por trescientos pesos en Cultura para unos trescientos mil para otros… O pasaje en micro para andar y desandar 2500 km para unos y un vuelo en avión de dos horas diez para otros…
Porque esas distancias y esos precios nos alejan cada vez más, mucho más que 2500 km… Y las polillas que se desayunarán con nosotros, morirán gordas y piponas en la oscuridad de las calles y roperos de cualquier pueblo y de cualquier ciudad, y no bailarán jamás.
Los admiro, los envidio, como ya les he dicho, por esa habilidad de dar vida a los trapitos y a los juegos, (y haber elegido una obra mía para montar con muñecos ¡qué orgullo!), y les agradezco este espacio, porque si bien digo lo mismo en cualquier lado, acá lo digo con la tranquilidad del afecto y de la igualdad, sin pelea, pero con lucha, con la perspectiva del debate necesario y con un posible panorama genial, latinoamericano, de futuro mejor.
¡Merde! Para todos. Por el arte, por la vida, por el trabajo, por los que no entendieron este esfuerzo, por los que aportaron para que “no jodan más” estas locas, por los que sí entienden y por los que ya no están y hubieran querido seguir estando y creando. Hasta siempre.

DEBATE

- ¿Cómo ves a la mujer en esto de la creación, del arte desde tu vivencia como actriz? ¿Cuál es tu opinión?

Sonnia- En la charla me puse en ese lugar, el lugar de la mujer, que me parece que no sólo aporta, o se da los tiempos para la creación, para los ensayos, para hacer, sino que además la mujer tiene un cierto sentido de lo cotidiano desde donde lucha. No desestimo la lucha que pueda hacer el varón con esto. Nosotras podemos hacer que este discurso no sea de tanto en tanto, sino que sea un discurso cotidiano. Tanto en la creación como en el reclamo que hay que hacer constantemente, me parece que tenemos un buen entrenamiento. Cuando digo discurso cotidiano incluyo también la práctica diaria. En ese sentido lo creo, con nuestra construcción de lo cotidiano. Que es una constante de la lucha por lo cotidiano, lo que hablamos en la charla sobre género. Porque seguimos ocupándonos de lo cotidiano, aunque el varón “ayude”, pero sigue siendo nuestra responsabilidad. Todavía hay que cambiar estos términos, lo hacemos juntos.

- Quiero hacer un aporte. Se habló de Freud y luego de la creación y quiero aportar algo, aunque no es muy nuevo, que es “El miedo a la libertad de Eric Fromm”. Creo que cómo ve la mujer o cómo ve el hombre las cosas es una cuestión cultural, una cuestión de poder. Creo que ahora estamos en un punto donde esto se está cambiando. Este cambio tiene su historia, historia en la que participaron muchas mujeres. Pero la clave está en que no nos detengamos en lo que los demás ven, sino en que nos animemos a ejercer la libertad que tenemos para ser lo que somos. Si somos mujeres, mujeres; si somos hombres, hombres. En este sentido creo que las mujeres estamos más abiertas que los hombres, porque hemos tenido que luchar mucho. Nos hemos ido fortaleciendo, porque aunque cumplíamos un rol de acompañar al hombre, también criábamos a los niños. Esta cotidianeidad también nos fortalecía. Por supuesto que no se da idealmente, porque le tenemos fobia a la libertad. A pesar de que se idealiza la libertad, la libertad tiene una serie de responsabilidades que nos hace enfrentarnos con nuestro propio espejo. Esto es un proceso, que seamos los que seamos, hombres, mujeres, travestis, homosexuales, que justamente en el arte se da con mayor vehemencia, porque nos hemos olvidado que vivimos en el arte, la vida es arte.

- La charla anterior nos presentamos, sería bueno que nos presentemos.

Aquí se habló de escritores, de locuras, de psicoanalistas.
Había una madrileña que estaba investigando sobre la enseñanza del teatro en Argentina y lo que se ve en las calles.
Se habló de las experiencias de vida de los ’70, de cárceles, de principios y cambios.
Ver el arte como un instrumento para contar realidades, no sólo como una estética. Asombro ante el mundo mágico de los títeres.
Desde una plástica, este encuentro aporta movimiento, pensarse haciendo.
Se habló de la importancia de compartir el espacio de reflexión que permite este encuentro, tan diferente de otros donde todos parecen correr una maratón. Lo fantástico de tener tiempo para encontrarse, disfrutar con tiempo, pensar, ayudarnos a crecer en el oficio.
El títere tiene la distancia óptima, es el pedazo de alma más tangible. En el sistema capitalista se discriminan grupos: la mujer, los pueblos originarios, el títere que se considera un arte menor.
El teatro de títeres tiene una llegada a los niños que no tiene el teatro con actores.
Se reflexionó sobre los títeres en espectáculos para niños o para adultos. Se planteó que los títeres surgieron como un elemento teatral para todos, sin discriminar en edades. Recién a principios del siglo XX aparece el títere exclusivamente para niños, casi como un juguete.
Los títeres son una herramienta invalorable para trabajar en la escuela, el muñeco permite a los niños, a los adultos el movimiento dentro de cada uno, permite el distanciamiento necesario para dejar fluir lo interno.
Cuando se habla de un arte menor y se lo relaciona con los chicos, es porque también subyace una subestimación de los niños, para ellos se puede hacer “cualquier cosa”.
El peso que tienen las reglas del mercado.
Compartir magia.

María Beatriz Fraire- Lacan dice “ La verdad duerme o despierta, depende de cómo sea dicha”. A veces cuando uno piensa que todo está bien, la verdad duerme.
Quisiera hacer dos o tres puntuaciones, que no son discusiones, sino elementos para pensar.
Primero, si uno se detiene a justificar que lo uno que hace es un arte menor, es entrar en una dialéctica inservible. El arte, ni es mayor, ni menor, es arte. Sea cual sea, se puede pensar inclusive que lo efímero es un arte.
Así como hablé de sexo y hablé de la condición de lo imposible, porque soy psicoanalista. Uno se dice hombre o se dice mujer, pero además los otros tienen que estar convencidos que uno es hombre o mujer. Si yo les digo que soy psicoanalista, ustedes tienen que estar convencidos que yo lo soy. Y un artista se autoriza a sí mismo. Quiere decir que cuando uno dice “soy artista”, ¡ soy artista ! y no tiene que buscar que nadie lo autorice.
Con respecto al teatro de títeres, me puse a pensar qué era esto. Como tengo cierto pensamiento más científico, me puse a buscar de dónde venía esto de los títeres. Encontré que viene de las máscaras. Por eso antes de empezar a hablar de las mujeres, hablé de las máscaras. ¿Por qué la gente cree en las máscaras? Porque las máscaras representan lo que nosotros llamamos la escena sobre la escena. El teatro, la pintura, la escultura, el cine, provocan fascinación. Porque, de alguna manera, nos permite ubicarnos en la escena sobre la escena; la escena del inconciente transformada en otra escena. No es que el lobo asuste porque es el lobo, sino porque ese lobo representa algo para mí. No es que el muñeco se mueva o no se mueva, el tema es que se mueve algo dentro mío.

Luciano- No importa tanto que se mueva, sino que te moviliza. Por ejemplo Chaplin, es un ejemplo de la máscara titiritesca. Chaplin actuaba siempre con una máscara, su máscara nunca reía ni lloraba y eso lo emparenta con los títeres.
Contestando a la plástica que preguntó sobre si construíamos o no los títeres, no importa si el titiritero hace o no su propio títere. Lo que te deviene en titiritero no es el ser plástico, sino el hecho teatral. Podés ser el más capaz de los plásticos y nunca dar vida a un títere. Podés tener la más pálida noción de plástica y podés ser un excelente titiritero. El titiritero es el que le da vida a un objeto inanimado. Es decir podés tener la habilidad, como es el caso de Pelusa que es excelente plástica y titiritera. La plástica aporta en el hacer al muñeco, pero el titiritero le da vida, una vida “como sí”, una vida simbólica, la máscara detrás de la máscara, esto que dijo Sonnia, de no buscar el producto, sino el para qué. El titiritero transfiere la magia.

martes

CHARLA DEBATE "LOS TÍTERES COMO TRABAJO Y FORMA DE VIDA"








Disertantes: Sarah Bianchi y Pelusa Oliveras








Pelu – Me dice Sarah que como soy de la provincia me toca iniciar la charla. Soy la anfitriona. Empecemos con un aplauso para espantar las mufas. También para darle la bienvenida a ella que es un referente del arte, de lo femenino, de los títeres.




Para seguir con esto yo diría:
Qué saben de mis quimeras esas nubes que se arrastran
y qué mis bolsillos rotos sin una nota gastada
caramelero del sueño que te quedaste en la infancia
Qué sabes de mis poemas y de mis pasos que avanzan
de la timidez del día, de la noche agazapada,
del aguacero completo o de mis sábanas blancas.
A veces rezo con este poema, porque en realidad que saben de mí los que no tocaron mi sangre, decía Pablo Neruda. ¿Cómo explicar la vida y el oficio en tan poco tiempo? Porque es mucho lo que hemos vivido.
Sarah - ¿Cómo se puede sintetizar en mi caso 62 años de titiritera ininterrumpidos? No salteados, porque sino yo tendría de edad más años que Matusalén. Pero fueron 62 seguidos hasta ahora, y espero seguir más. Es difícil, no sé si para los hombres también, supongo que sí. Pero para las mujeres, en mi caso retroceder 62 años, llegar a 1944, empezar a querer hacer títeres con mi maestra y compañera de toda la vida Mané Bernardo, era casi una utopía. Porque de dónde sacar fuerzas, de dónde movilizarnos para hacer viajes, muchas veces muy mal vistos, muy criticados. No solamente por la gente, sino también por luego fueron nuestros colegas titiriteros, porque estaban acostumbrados a ser “los titiriteros”, hombres. Y si acaso tenían a una mujer al lado, era para ayudarlos, para asistirlos, pero el que tenía la voz cantante era él.
En nuestro caso ninguna tenía la voz cantante, pero más de una vez lamentamos no tener el varón al lado porque las dos nos gastamos mucho cargando baúles, haciendo encomiendas, cargando en los trenes, en los camiones, en los micros, manejando las cargas y los pesos. Ahí decíamos por qué no habrá una persona que sea más representativa de la fuerza. Porque los titiriteros, antes de ser titiriteros (se los digo muchas veces a los jóvenes), están eligiendo un camino de vida, que no es fácil en ningún sentido y que sin vocación y sin sensación de que con el títere se pueden lograr muchas cosas, mejor no emprenderlo. Ese camino está lleno de dificultades. Como diría María Elena Walsh, tantas veces me han enterrado, tantas veces resucité… Y nos a pasado esto, por lo menos en el caso nuestro fue así. Muchas veces, desde la primera, que fue quemarnos el teatro. Ese de 1944, el Teatro Nacional de títeres. Lo habíamos creado con todo nuestro amor, con nuestro deseo de llevar una larga trayectoria, de vincularnos al extranjero, ya que podía ser una cosa nacional. Todo esto por razones políticas se frustró, molestaba que tuviéramos con los títeres. Un cable, que casualidad, incendió todo. Se quemaron los 80 muñecos y el teatro. Por supuesto desapareció el Teatro Nacional de títeres.
Pelu – Por que ustedes en realidad sacaron el títere del lugar donde están ahora, que es la Casa de Gobierno, la Legislatura… Ellas los pusieron un lugar digno, dignificante…
Sarah – Con muchas esperanzas. En el 46, estando todavía el Teatro Nacional de títeres, se acercó a la función un personaje que admirábamos tremendamente. Había visto la función y se acercó a saludarnos y a vincularse con nosotras. Era Vittorio Pobreca, que había vivido todos los años de la guerra en América, porque no podía volverse a Italia. Lo pescó la guerra acá y se quedó, arreglándose como podía para sobrevivir. Él decía: “Abro los ojos a la mañana y me pongo a pensar cómo voy a hacer para darles de comer a las 18 personas que formaban mi compañía.” Esa persona después de tantos años, quería agradecerle a la Argentina el asilo que le había dado. Entonces decidió que iba a hacer una propuesta. Nos la trajo a nosotras y le dijimos “preséntela es maravillosa”. Era crear en Buenos Aires la escuela de marionetistas, porque casi todos éramos titiriteros de guante y él tenía los famosos “piccolos de Pobreca”, sus marionetas. Crear la escuela, donar todo el material del teatro a la Argentina, a cambio de lo cual él iba a ser el director de esa nueva entidad por 3 años. No, no fue. El Gobierno de turno dijo para qué. Pobreca cargó toda su obra, sus baúles y se volvió a Italia. Nosotros perdimos de tener, ya desde esa época, una escuela de marionetistas.
Así se fueron sucediendo las cosas. Muchas veces con Mané quisimos crear una verdadera escuela de titiriteros, pero no, no se logró. Recién mucho después, en el San Martín Ariel Bufano, que era un luchador como nosotras, pudo poner la escuela de titiriteros. Pero nunca fue una cosa a nivel nacional como debió haber sido.
Nuestra existencia fue ir viviendo cómo podíamos; viajando mucho, con todo a cuesta; tratando de vivir de los títeres. No solamente de las funciones, sino de todo el entorno que podía uno unir al teatro de títeres. Es decir, escribiendo, dando clases, haciendo conjuntos. Así sobrevivimos hasta hacernos más conocidas, hasta ser invitadas a varios lugares. Así surgió nuestra profesión titiritera. Yo lo pongo como primera opción cuando me preguntan ¿profesión? Titiritera. Yo soy profesora de letras, soy maestra también, pero todo eso lo aplico a los títeres. Mi profesión es titiritera. Cuando fui a sacar mi primer pasaporte, había que declarar la profesión, Yo dije: - Titiritera.- todos me dijeron que eso no era una profesión. Yo estaba con tanta furia que no quise decir mis títulos. Volví a decir: - Titiritera- Y el tipo: - ¿Pero de qué vive?. – De los títeres. - ¿Qué hace? – Hago títeres, doy clases con títeres. – ¿Entonces es maestra? – No, titiritera. Y seguimos así un rato hasta que vinieron dos o más empleados. Discutieron y se acercaron, entonces uno me dice: - ¿Y si le ponemos ama de casa? – Que no, soy titiritera. Entonces otro más lúcido dijo: - Mirá terminemos ponele artista. Y fue maravilloso, porque no decía qué clase de artista, ese pasaporte me permitió entrar en Francia, en París entrar gratis a todos los espectáculos de teatro.
Bueno de estas aventuras miles.
Seguimos, creamos nuestro propio teatro. Después de esta experiencia con el estado lo hicimos en forma independiente. Así nació el Teatro Libre de títeres.
Cuando fundamos el Teatro Libre de títeres, era el primer gobierno de Perón. La palabra libre no podía correr. Los teatros libres estaban sacados. Nos borraron de todo por la palabra libre, de manera que tuvimos que sacarla y quedamos como Teatro argentino de títeres. Pero cuando aparecía ”Actúa hoy un teatro argentino de títeres”, no significaba nada. Entonces cansadas, decidimos que le íbamos a poner nuestros nombres “Títeres Mane Bernardo y Sara Bianchi, con el que seguimos hasta la desaparición de Mane en el año 91. De ahí en más seguí yo sola, pero como los títeres del Museo argentino de títeres.
Entre medio seguimos con como era considerado el títere. Nosotras queríamos hacer un trabajo realmente profesional. Queríamos participar como actores, queríamos un resguardo. Entonces fuimos a la municipalidad, pero allí nos dijeron que no tenían donde anotarnos. Fue así que para pode trabajar para cosas oficiales nos pusieron en el rubro “perros amaestrados – titiriteros”. Así entramos a trabajar para la municipalidad.
De allí en adelante comenzamos a hacer todo a nombre nuestro, como “Títeres de Mane Bernardo - Sara Bianchi. Nos dejaron seguir trabajando, después de la caída que tuvimos con lo de libre, siempre un poco sospechadas. Una vez firmamos algo por los derechos humanos y de nuevo nos prohibieron. Así seguimos con momentos que pasamos más fácilmente y en otros momentos lo que vivimos fue más grave.
En el 76, un día llegó a mi trabajo un decreto del intendente declarándome subversiva. Fui echada de todos los cargos, horas cátedras, de todo. Me decían que desapareciera, que me fuera. Finalmente sobreviví otra vez, después de estar declarando en la policía mucho tiempo, con un oficial haciéndome preguntas mientras jugaba con un revólver… y yo del otro lado del escritorio. Finalmente después de haber respondido al interrogatorio con la verdad, este señor tomó un teléfono, no sé con quien habló, y dijo ¿Qué mierda quieren que le siga preguntando a esta mujer? No sé que le contestaron, pero me dijo: - Se puede ir. Habían pasado dos días.
Muy difícil. Cada vez que sonaba el timbre yo creía que venían a buscarme.
Me costó dos años para poder retomar mis horas. Sólo me las dieron después de firmar un protocolo por el que declaraba que me había ausentado por mi voluntad. Entonces perdí dos años de mi antigüedad en el cargo.
Pero yo soy taurina, cabeza dura y dije de acá no me mueven, yo quiero hacer mi obra para mi país. Varias veces a Mane y a mí nos invitaban a trabajar afuera, sobretodo en Italia. Claro yo soy Bianchi y tenía una entrada muy fácil en Italia, aunque nunca tuve el doble pasaporte. Trabajé allí y me querían contratar para que me quedara. Pero yo dije soy argentina y mi obra es para mi país. No me importa el gobierno que sea, pero el país es mío. Aquí me siento dueña y me tienen que respetar como argentina. En otros lugares uno se siente extranjero y no puede opinar porque no conoce cómo es la cosa. Acá no. No me van a cerrar nunca la boca, no me van a impedir que diga lo que pienso.
Bueno esa es mi trayectoria titiritera… le dejo el lugar a mi compañera.
Pelu – Ante esta trayectoria una se queda sin palabras.
Voy a decir que mi nombre es Luisa, pero desde chica me dijeron Pelusa. Como sobrenombre… y lo adopté para mi vida cotidiana y para mi vida artística. Pero en realidad en aquella época, en el sur del sur, en Malargüe donde vivíamos, donde crecí, donde pasé toda mi infancia con mis hermanos (somos muchos), para lo lúdico, para mis juegos, era Luisa Estela del Carmen Oliveras, condesita de la Barquera. Condesita de la Barquera porque las cuenta cuentos, la gente anciana que se acercaba a contarnos sus historias, como la abuela Luisa, nos traían cuentos de Condes, aunque en la Argentina nunca hubo condes ni reyes. Entonces a mí me parecía una maravilla ser la condesa. La abuela Luisa nos contaba historias truculentas, policiales. Recuerdo la de aquella mujer, que cuando vuelven los patrones del cine, les presenta un hermoso cerdo cocido al horno y resultaba ser en realidad el hijo.
Entre esos cuentos crecí yo. Entre vías de ferrocarril, entre durmientes, entre las corrihuelas. A mi madre le decían: - ¡No plante nada doña Estela, aquí no crece nada! Y con el viento malargüino que corría por meses, ella tozudamente trabajaba la tierra y por ese tesón yo sé que soy titiritera. Porque la vi a mi madre plantar, regar, cuidar y después todo eso se convirtió en una alameda, con jardines maravillosos.
Mi padre era un amante de las gallinas, las criaba, tenía incubadoras. Tenía dos gallineros enormes, donde nosotros les contábamos los cuentos de las condesas y de las princesas a las gallinas. Hasta que un día el gallo se enojó y no tuvimos más remedio que seguir nuestra docencia detrás de un alambrado.
Me acuerdo que “El mundo infantil” llegaba tardíamente a Malargüe y tardíamente lo leíamos y recortábamos y jugábamos, sin saber que yo estaba haciendo títeres. Pero no títeres de mesa, sino títeres de suelo, porque en el suelo pegábamos las figuritas sobre cartón y les dábamos vida en el suelo, en un suelo de cemento lustrado. Yo creo que ahí empezó este amor, sin saberlo, por el mundo mágico. Lo taumaturgo que tiene cada uno y sin saberlo lo va desplegando, lo va despabilando.
También entendí, a lo largo del tiempo, que el cordón umbilical tiene un sentido. El cordón que nos cortan cuando nacemos no es más ni menos que el ovillo que nos dan para que tejamos nuestra propia vida. Así tejiendo, tejiendo afanosamente, con puntos preciosos, pasó mi infancia.
Pero allí no había secundario, por eso nos vinimos a Mendoza. De la cocina a leña, de la tierra, de las durmientes, de esos plumeritos que uno sopla y vuelan por el aire, de las lagartijas, de las arañas pollitos, pasé a un mundo de cemento, a una cocina de gas, a un mundo que me era ajeno.
Pero gracias a ese reservorio que tenía yo pude ir caminando en la ciudad, amansándola dentro de mí, incorporándola como tenía incorporado el campo. Me acuerdo las cabras que hemos ordeñado, cabras ajenas. Acá me faltaba eso. Me faltaba lo agreste, el viento, la laguna. Me faltaban los flamencos.
Empecé a encontrar otra cosa. Ingresé a cerámica. Entonces ese tejido que había tejido y que no sabía muy bien que se me había agujereado, lo empecé a remendar, a destejer y volver a tejer. A veces me gustaba un punto y lo seguía tejiendo, hasta que me daba cuenta que no iba por ahí.
Me recibí en cerámica y no era lo que yo quería, entonces destejía, destejía, destejía. Y un buen día leo: Curso de teatro de marionetas. Como la plástica la tenía incorporada, por el barro, el barro con el que jugábamos en las acequias, con el que hacíamos castillos, en ese Malargûe infinito, empecé a amar la arcilla porque me daba la posibilidad de hacer máscaras y a esas máscaras, ponerles vida. Terminando el taller de marionetas pasé al de guante y cuando me calcé el guante, voy a decir como Florencia de la V, me subí a los tacos y nunca me bajé de ellos. No dejé nunca más el teatro de guante.
En esa época a mis manos llegó un libro maravilloso, maravilloso, por el cual empecé a amar a dos mujeres, que hacían con sus manos y con algún elemento, maravillas. Un día, personalmente, ya casada, nos instalamos en Buenos Aires, y vi una escena de estas mujeres, de un organillo hecho con manos y algunos pequeños elementos que yo adoré. En el teatro de títeres, siempre hay un número de manos, porque me parece que la expresión máxima y más pura es la mano desnuda y algún elemento.
En ese andar, y tejer, y amasar, un día lo conocí a Luciano. Casi aparejadamente, después de haber vivido la creación de U.N.I.M.A., que es la unión argentina de marionetistas. Después me enteré que estaba la A.T.A., la asociación de titiriteros argentinos…
Sarah – Que fundamos con Mané.
Pelu- Ahí me fui enterando de un mundo mucho más grande que el de Malargüe. Porque cuando yo vivía en Malargüe decía San Rafael y me parecía Buenos Aires.
Hago un paréntesis. En Malargüe teníamos religión. Entonces un día llegó a visitarnos Eva Duarte y Perón. Yo no entendía porque la Eva del paraíso seguía llamándose Eva, pero Adán había cambiado su nombre por Perón. Yo pensé que mal debe haberse portado este hombre para que le hayan cambiado su nombre.
Conocí muchos titiriteros, porque a fines de los ’60 , principio de los ’70, observé, escuché a gente maravillosa, que hacía títeres de guante. A montevideanos, a brasileños, hacíamos seminarios. Era una época en que el movimiento era tan genuino, que estábamos ávidos por aprender, por pasarnos señales de cómo podíamos hacer. Del norte al sur, del este al oeste, nos juntábamos en distintas partes, todos los años, los titiriteros para intercambiar emociones, experiencias, trabajos.
Fue una riqueza que fui tejiendo apasionadamente.
También fui echada. Estaba trabajando en un taller de títeres en Godoy Cruz. Como titiritera era ayudante de una maestra jardinera. En el ’76 tenía un libro de Checoslovaquia sobre títeres. Entonces me dice un capitán, que suplantó al intendente, ¿qué es este libro?. Es una maravilla, le digo, es de Checoslovaquia y trae tanta información. Al otro mes no pude trabajar más. Me echaron. En esa época no se podía trabajar por 5 años al que echaban por un problema político.
Pero yo seguí trabajando. Trabajé en un instituto para discapacitados. Trabajaba con la fonoaudióloga, yo no sabía de fonoaudiología pero sí de títeres. Teníamos un chico hipoacúsico. Su mamá hablaba, porque había sido reeducada. Ustedes saben que los mudos tienen deteriorado el oído pero no la voz. En realidad no hablan porque no pueden escuchar. Bueno ella había sido educada en un colegio donde le habían enseñado a hablar pero su voz no tenía tonalidad, no tenía matices. El papá era sordo y solo balbuceaba. El niño tenía 5 años, era un chico muy inteligente. Probablemente vio miradas de la gente, que lo hacían sufrir, cuando estaba con sus padres y como respuesta se ensordeció. Yo venía de un taller en el que conocí, entre otros, a Laura de Vetage y había hecho una ardilla. Era importante que ese animal nosotros no lo conocemos. Entonces llevé esa ardilla y le propuse a la fonoaudióloga trabajar con ella para destrabar, para conocer que le pasaba a ese niño. Había un gran espejo y yo estaba detrás. El niño se daba vuelta, para no mirarse. Yo empecé a hablar con el títere y el niño se quedó fascinado. Se levantó le dio la mano a la ardilla. Yo no existía, aunque el sabía que yo movía la boca. Entonces el “como sí” del teatro se produjo. Se fue atrás, a la casa de las caseros, donde había un gato y le mostraba el títere y le decía – Hoooola-, lo mismo que le decía la fonoaudióloga. Le enseñaba al títere lo que la fonoaudióloga pretendía enseñarle y que nunca quiso aceptar el chico que escuchaba algo. Un día estando en la cabina, tomó el títere y salió. Empezó a mirar y era un avión. Allí descubrimos que era hipoacúsico y no sordo total. Después de esta experiencia dije esto es más potente de lo que yo creía.
Luego empecé a trabajar en la “Pequeña comedia mendocina”. Dejé la “Pequeña comedia mendocina” con toda mi trayectoria de búsqueda, de participación en encuentros.
Estaba por dejar la profesión, cuando un amigo, desaparecido, me dijo – Vos tenés una universidad de títeres, no podés dejarla. – Miguel Cuantó. Miguel dejó en casa no sólo recuerdos, sino trajes. Trajes que hoy, yo me pregunté porque tenían que estar guardados, esos trajes tenían que salir, salen. Han participado en murgas, en fiestas populares, en infinidad de eventos. Yo siento que de esa manera él me está acompañando, porque él me empujó a seguir en este camino.
En este ínterin lo conozco a Luciano que venía del mundo de la poesía, del mundo del teatro. Era actor profesional, trabajaba en el elenco universitario y necesitaban una titiritera para hacer unos trabajos didácticos. Me aparezco yo. Y a los 6 meses nos casamos. A los 6 meses, también, estrenamos nuestro primer trabajo. Previamente habíamos hecho un café concert con un músico, que se llamaba “El arcón de lo imprevisto o balada de un guante garabato”. Balada por el músico, guante por los títeres y garabato por la poesía. Ahí fusionábamos esto de los títeres, la música, la poesía. Nos dimos cuenta que sí podíamos hacer cosas, que lo único que teníamos eran ganas, nuestra pequeña profesión, los cuentos, el olvidado arte de narrar, que para mí fue otro descubrimiento. Desde ese momento apareció la contadora. Desde ese momento en nuetros espectáculos, no sólo hay manos desnudas con algunos elementos, sino también un cuento contado y mimado. Nos habían llegado noticias de que estas mujeres (se refiere a Sara y a Mané) hacían cuentos mimados con las manos desnudas y algunos elementos.
Empezamos nuestro viaje y transitamos del este al oeste, del norte al sur. Íbamos camino a México y no nos daban el pasaporte. Entonces nos fuimos a Buenos Aires para sacarlo y mágicamente nos sale un contrato para trabajar en canal 9.
Luego hicimos giras. Trabajamos por todo el cinturón de Buenos Aires. Allí entendimos que teníamos que hacer el mismo teatro en el San Martín que en una villa. Teníamos técnicos a nuestra disposición, luces. Pero lo que nosotros queríamos era que la esencia no faltara. Entonces empezamos a trabajar un teatro de valija, que hasta hoy en día lo sostenemos.
Después vinieron los hijos. Se puso más difícil. Nuestra primera hija creció y nos preguntaban los directores de cultura o las maestras -¿Quién se la va a cuidar?- A lo que respondíamos – Usted- .Pero cuando nació Federico era más difícil que alguien se encargara de dos personas pequeñas. Entonces yo opté por dejar de manipular, pero no de hacer títeres. Yo los fabricaba y apuntalamos al solista. Los juglares, que así nos llamamos Luciano y yo, andaban por el mundo como solista, mientras yo, por opción, me dediqué a ser ama de casa.
Por eso yo digo soy ama de casa, reivindico ser ama de casa, ser titiritera, ser artista.
En ese tejido que fuimos tejiendo, un buen día me doy cuenta que los hijos se pusieron grandes. Me doy cuenta que yendo a rehabilitación, porque tenía un problema y no se sabía que era, yo quería volver a manipular. Quería volver a empezar con lo que había dejado, que era un cuento de Andersen con un pecesito, que se llamaba Pichiruchi. Entre tanto indagamos en la poesía, indagamos en la radio. El pecesito Pichiruchi, pertenece a ese cuento. En casa me decían que había que empezar con algo nuevo. Y yo no, quería volver con el pecesito. Empezamos a trabajar, hicimos cosas nuevas, fue una etapa maravillosa. Cuando digo maravillosa tiene que ver con lo fantástico, con lo recreativo, porque recreamos una etapa que yo había dejado colgada.
Entre idas y vueltas yo dije que nos ha sostenido todo este tiempo, de esto hace más o menos ocho años, y Luciano, en una vorágine de ideas, escribía posibles nombres. Yo dije - Nos ha sostenido un sueño- y el espectáculo se llamó “Con un sueño en el ojal”. Y “Con un sueño en el ojal”, tuve que dejar de volver manipular porque en realidad esa rehabilitación se convirtió en un tumor en la cabeza, por suerte benigno. Me operaron y quedé hemipléjica.
¿Qué les puedo decir? ¿Qué es un títere? La vida no es fácil, porque el arte de vivir es como el arte del títere. Acá dentro de una bolsa, que vamos a imagir que es una caja… una caja de Pandora… Ustedes conocen el mito de la caja de Pandora. Cuando ella abre la caja salen todas las pestes vamos a develar que pestes salieron de ahí. Se llenó el mundo de enfermedades, de plagas, pero en el fondo, fondo estaba la esperanza.
Y si por algo trabajamos nosotros es por el ser humano, no por el niño o para el niño. No, trabajamos para el ser humano. Si se respetaran los derechos del hombre, no existirían los derechos del niño. Entonces nosotros trabajamos para el hombre, que pasa por distintos estadios y que es la esperanza. La esperanza tiene que ver con lo fantástico.
Así como nosotros tenemos una parte del cerebro que es la lógica, tenemos otra que tiene que ver con la fantástica. Una es el yin y otra es el yan. Yo fui diestra, ahora soy siniestra. Yo fui de derecha y ahora soy de izquierda. Todo se puede en la vida. Los cambios son buenos. Lo único permanente en la vida es el cambio.
Y para qué voy a seguir hablando yo si está ella. El primer derecho del niño es el nombre. Les voy a contar cómo nació ella. Cuando era adolescente, teníamos un mono que se llamaba Toto. Toto cada vez que veía un muñeco gritaba y se tapaba los ojos. Pero cuando la vió a la Tota se puso como frente a un espejo. Y amó a la Tota, por eso ella…
Tota- Me llamo Tota, gusto en saludarlos. Me da mucha vergüenza, porque en realidad…. Me llamo Tota y tengo la piel peluda, vivo en Mendoza, mejor dicho en Las Heras, cerca del Zanjón de los Ciruelos. Vivo en un árbol de manzanas, aunque me gustan las bananas. Tengo mi titirimamá que me ama mucho. Ella sabe lavar, planchar y también abrir la puerta para ir a jugar…

Luego siguió el encuentro con una trabajo de Pelusa con su títere Tota. Más tarde se incorporó al “juego” Sara con su títere Lucesita.

Sarah- (refiriéndose a Lucesita) Este es mi compañero que está cumpliendo con ustedes 60 años, porque nació en el ’46. Yo empecé a hacer títeres en ’44 y en el ’46 lo hice a Lucesita. Pasó por muchas cosas. En Europa se equivocaron y, en vez de un barco que venía a Buenos Aires, lo embarcaron en un barco que fue a parar en Jaifa. Estuvo perdido dos meses. Luego lo reincorporé. Llegó hecho un desastre. Estuvo en el incendio y se escapó, pudo sobrevivir.
Tota- Es un peligro vivir con esta mujer.
Lucesita- Tenés razón, me parece que me voy a ir.
Tota- Imaginate, se caen de una soga, te incendian, te llevan a Turquía. Estamos todos locos, no le hagas caso, venite conmigo.
Lucesita- ¿Sabés una cosa? Hay un peligro. Esta loca tiene un museo, un museo de títeres.
Tota- Que no te deje estático.
Lucesita- Por eso yo no voy nunca al museo.
Tota- Hay que tener cuidado con estas viejas locas…
Lucesita- Me va a meter en una vitrina…
Tota- No jamás, jamás…Por favor venite a vivir conmigo.
Lucesita- Lo voy a pensar.
Tota- No hay caso, no lo convencí. Te doy un beso, hasta cualquier momento. A ustedes también, les doy un beso y me voy. Hasta luego cara de huevo.

Sarah- Después de este dúo, no sé. En realidad tengo otra cosa, si quieren verla.

Sarah realizó un trabajo can una mano desnuda, algunos elementos y música, que concentró la atención por un lapso de aproximadamente 4 minutos.



Con calurosos aplausos ante la actuación y charlas de estas maravillosas "maestras", se cerró la jornada.